domingo, 10 de mayo de 2009

Terra de Remences 2009


  • IBP 124
  • Desnivel positivo acumulado 1922 metros
  • Altura máxima 1129 metros
  • Distancia 112 kilometros


La de hoy ha sido mi segunda Remences y otra vez he quedado gratamente sorprendido por la carretera (ya no me acordaba de las sensaciones de circular en peloton a 50 Km, o la descender un puerto de montaña a más de 70 Km/h). Mi objetivo este año era de hacer la marcha larga, pero la falta de preparación me llevó a decir tomar esta decisión durante la marcha, y después de descender el coll de Canes, empezé a notar alguna molestia en el cuadriceps, con lo que decidí hacer otra vez la marcha corta y coronar el durísimo puero de Bracons.


La marcha es igual que en las últimas ediciones ( con alguna que otra variante al pasar por la ciudad de Olot). Se sube el coll de Capsacosta, puerto de primera categoría, no muy largo y con pendientes perfectamente tolerables pudiendo pedalear por encima de los 20 Km/h, una vez coronado, en falsa bajada, pedaleamos hasta Ripoll, y tras atravesar la ciudad, empezamos la ascensión al segundo puerto del dia, el coll de Canes, puerto de segunda categoría mucho más asequible con un llano en su parte intermedia, donde la organización nos brindó con un magnífico avituallamiento. Cuando pasamos Coll de Canes, ya es todo bajada hasta Sant Esteve d'en Bas (pasando primero por Olot), donde acaba la marcha corta.


Crucé la meta con un tiempo de 3 horas 19 minutos y 17 segundos, consiguiendo diploma de plata y mejorando el tiempo del año pasado en más de 8 minutos. (OLÉ, OLÉ y OLÉ, que contento estoy, y pensaba que estaba en peor forma que el año pasado).


Ahora, toca la ascensión a bracons (sólo lo había subido una vez, pero estaba fresco y lo hacía con una bicicleta de montaña, con unos desarrollos bastante más cortos), y no sabía que sensaciones tendría, ya que llevaba 100 kilómetros en mis piernas y mi bicicleta de carretera es un dinosaurio con un desarrollo de 42/23 (casi ná), para afrontar pendientes del 16%.


Subiendo a Bracons lo pasé realmente mal, ya que mis doloridas piernas empezaban a agarrotarse y puse el pie en el suelo más de una vez, pero gracias a un ciclista que me animó y me llevó con ánimos hasta el final (gracias por tu apoyo y moral). Una vez en la cima me esperaban mis amigos los volcats, que estaban colaborando con la organización de la carrera y puede descansar con su compañía. La verdad estuve tentado de seguir (y de verdad lo hubiera hecho, de no ser por mi mujer que llegó en coche y que me "sugirió" que ya estaba bien y que nos esperaban para comer).


En esta edición de Remences, he llegado a una conclusión: Que si quiero hacer la marcha larga, necesito cambiar de desarrollo para poder subir Bracons con garantías.


El año que viene me esperan los 175 kilometros de la Remences en su versión larga






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